La piel utiliza la luz solar para ayudar a fabricar vitamina D, la cual es importante para la formación normal de los huesos. Pero a veces, los rayos ultravioleta puede ser muy perjudiciales.
Dentro de la capa epidérmica (exterior) de la piel hay células que contienen el pigmento llamado melanina. La melanina protege la piel de los rayos ultravioleta del sol, que pueden quemar la piel y, con el tiempo, reducir su elasticidad y causar que una persona envejezca prematuramente.
El bronceado tiene lugar porque la exposición a la luz solar hace que la piel produzca más melanina y se oscurezca. El bronceado se va desvaneciendo a medida que estas células llegan a la superficie y se caen.
Demasiada exposición a los rayos ultravioleta o UV puede causar quemaduras solares. Los rayos UV penetran las capas exteriores de la piel y pasan a las capas más profundas, donde pueden dañar o matar las células de la piel.
Las personas que tienen poca melanina y se queman muy fácilmente deberían protegerse cubriendo las áreas sensibles usando bloqueador solar, limitando el tiempo total de exposición y limitando el tiempo de exposición entre las 10 a.m. y las 2 p.m.
La exposición frecuente a los rayos ultravioleta durante varios años es la causa principal del cáncer de piel.
Examine su piel frecuentemente para detectar bultos sospechosos o cambios en una lesión ya existente en la piel. La detección y tratamiento a tiempo son fundamentales para incrementar las tasas de curación del cáncer de piel.
El cáncer de piel es el cáncer más común en los Estados Unidos. De hecho, en este país se diagnostican más cánceres de piel al año que todos los demás cánceres combinados. En las últimas décadas, el número de casos de cáncer de piel ha estado aumentando.
La buena noticia es que hay muchas cosas que puede hacer para protegerse a sí mismo y a su familia del cáncer de piel, o para encontrarlo temprano de manera que pueda ser tratado eficazmente. La mayoría de los tipos de cáncer de piel son causados por una exposición excesiva a los rayos ultravioletas (UV). La mayor parte de esta exposición procede de la luz solar, pero cierta cantidad puede proceder de fuentes creadas por el hombre, tales como las camas bronceadoras y las lámparas solares.
La exposición a la radiación ultravioleta (UV) es el factor de riesgo principal para la mayoría de los cánceres de piel. La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta. Las lámparas y camas bronceadoras también son fuenUtes de radiación ultravioleta. Las personas que se exponen mucho a los rayos UV procedentes de estas fuentes tienen un mayor riesgo de cáncer de piel.
Aun cuando los rayos UVA y UVB constituyen sólo una pequeña porción de los rayos solares, estos son la causa principal de los efectos dañinos del sol en la piel. Los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel. Los cánceres de piel comienzan cuando este daño afecta el ADN de los genes que controlan el crecimiento de las células de la piel.
Hay tres tipos principales de rayos UV:
Los rayos UVA envejecen a las células de la piel y pueden dañar el ADN de estas células. Estos rayos están asociados al daño de la piel a largo plazo tal como las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer. La mayoría de las camas bronceadoras emiten grandes cantidades de UVA que según se ha descubierto aumentan el riesgo de cáncer de piel.
Los rayos UVB tienen un poco más de energía que los rayos UVA. Estos rayos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son los rayos principales que causan quemaduras de sol. Asimismo, se cree que causan la mayoría de los cánceres de piel.
Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos UV, pero no penetran nuestra atmósfera y no están en la luz solar. No son normalmente una causa de cáncer de piel.
Tanto los rayos UVA como los UVB pueden dañar la piel y causan cáncer de piel. Los rayos UVB son causantes más potentes de al menos ciertos cánceres de piel, pero hasta donde se sabe, ningún rayo UV es seguro.
La potencia de los rayos UV que llega al suelo depende de un número de factores, tales como:
Hora del día: los rayos UV son más potentes entre 10 a.m. y 4 p.m.
Temporada del año: los rayos UV son más potentes durante los meses de la primavera y el verano. Este es un factor menos importante cerca del ecuador.
Distancia desde el ecuador (latitud): la exposición a UV disminuye a medida que se aleja de la línea ecuatorial
Altitud: más rayos UV llegan al suelo en elevaciones más altas.
Formación nubosa: el efecto de las nubes puede variar, ya que a veces la formación nubosa bloquea a algunos rayos UV del sol y reduce la exposición a rayos UV, mientras que algunos tipos de nubes pueden reflejar los rayos UV y pueden aumentar la exposición a los rayos UV. Lo que es importante saber es que los rayos UV pueden atravesar las nubes, incluso en un día nublado.
Reflejo de las superficies: los rayos UV pueden rebotar en superficies como el agua, la arena, la nieve, el pavimento, o la hierba, lo que lleva a un aumento en la exposición a los rayos UV.
El grado de exposición a la luz ultravioleta que una persona recibe depende de la intensidad de los rayos, del tiempo que la piel ha estado expuesta y de si ésta ha estado protegida con ropa o bloqueador solar.
Las personas que viven en áreas donde están expuestas todo el año a la luz solar intensa tienen un mayor riesgo de cáncer de piel. Pasar mucho tiempo a la intemperie por motivos de trabajo o recreación sin protegerse con ropa y loción antisolar aumenta su riesgo.
También puede ser importante el patrón de la exposición. Por ejemplo, las quemaduras frecuentes en la niñez pueden aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer de piel muchos años o incluso décadas después.
El cáncer de piel es una de las consecuencias de mucha exposición al sol, pero también hay otros efectos. Las quemaduras y los bronceados son los resultados a corto plazo de la exposición excesiva a los rayos UV, y son señales de daño a la piel. La exposición prolongada pueden causar envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, pérdida de la elasticidad de la piel, manchas oscuras (pecas, algunas veces llamadas “manchas de envejecimiento” o “manchas del hígado” y cambios precancerosos de la piel (tal como áreas ásperas, secas y escamosas llamadas queratosis actínica).
Los rayos UV del sol también aumentan el riesgo de una persona de cataratas y ciertos otros problemas visuales. También pueden suprimir el sistema inmunológico de la piel. Las personas de piel oscura por lo general tienen una probabilidad menor de padecer cáncer de piel en comparación con la gente de piel blanca, aunque éstas aún pueden padecer cataratas y supresión del sistema inmunológico.
Índice de luz ultravioleta
Como se indicó anteriormente, la cantidad de luz ultravioleta que alcanza el suelo en cualquier lugar depende de un número de factores, incluyendo la hora del día, la temporada del año, la elevación, y la formación nubosa. Para ayudar a las personas a entender mejor la intensidad de la luz ultravioleta en su área en un día determinado, el National Weather Services y la Environmental Protection Agency (EPA) han creado el índice de luz ultravioleta. Este índice les proporciona a las personas una idea de cuán intensa es la radiación ultravioleta en el área donde viven en una escala de 1 al 11+. Un mayor número significa un riesgo más alto de exposición a los rayos UV, y una mayor probabilidad de quemadura solar y daño a la piel que podría en última instancia conducir a cáncer de piel.
El índice de la luz ultravioleta se ofrece diariamente por regiones a través de todo el país. Los pronósticos del tiempo de muchos periódicos, canales de televisión, páginas en Internet y teléfonos inteligentes incluyen el índice de UV proyectado. Información adicional sobre el índice de UV, así como el pronóstico local del índice de UV, se puede encontrar en el sitio Web de la EPA en www.epa.gov/sunwise/uvindex.html. La EPA también provee aplicaciones de teléfonos inteligentes en www.epa.gov/enviro/mobile. Al igual que en cualquier pronóstico, los cambios locales en la cobertura nubosa y otros factores podrían cambiar los niveles actuales de UV experimentados.